Y se halló entre nosotros y no lo conocimos,
y traía en sus manos infinitos amores
que sembró en nuestra vidas cual semillas de flores
y al brotar en las almas su perfume sentimos.
Sus palabras sublimes los humanos oímos
son mensajes eternos. hoy son nuestros valores,
son historia y doctrina, son también redentores
que a los cielos nos llevan si sus pasos seguimos.
Muchos siguen sin verlo, ¿quién lo conocerá?
si miramos al cielo, ahí está, en las estrellas,
o en el sol o en la luna, en cualquier parte está,
en montañas y mares y en las cosas mas bellas
me pregunto constante quién de El dudará,
pues es fácil el verlo contemplando sus huellas.
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