Dia a dia intento alcanzar la estrella
que se perdió en el firmamento
mientras poco a poco sucumbe el alma
en la fresca blancura de mis versos…
Voy tras la huella de un sueño perdido,
que dormido quedó en la distancia,
la ilusión que se escapó en un suspiro,
entre las alas de mis desvelos.
Con letras de oro voy esculpiendo
castillos de amor en el aire,
adornado con las notas musicales
sincronizadas al compás del tiempo…
El silbido del viento es mi delirio
enmudeciendo hasta los huesos mi aliento
y cubre de sombras el sueño anhelado
hasta reducir la ilusión al recuerdo.
¡Alma mía que abrazas de madrugada
el vago silencio de la esperanza!...
dime, ¿a dónde se depositan mis versos,
cuando salen de mis manos ya cansadas?...
añoranzas de ilusiones perdidas
que de repente asoman por la ventana;
¿hasta dónde llega el grito ahogado silencioso
que de mi alma brota a la distancia?...
En el umbral del Universo,
donde en cada amanecer se peina
un arcoiris de color a lo lejos,
donde el olvido se hace llanto
en la descalza ilusión del sentimiento,
donde la voz del más leve recuerdo
grita el deseo del alma desnuda:
¡No mueras sin antes haber amado!
Gaviota Viajera
(Derechos de Autor)
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