Ramon Carela
Después de confusiones y desesperación,
de ruidos de sirenas intrépidas e insaciables,
que se multiplicaban haciendo resonancias
en los profundos confines de mis oídos,
los bullicios en ecos se se amortiguan
detrás de los espacios de entre nubes y sueños.
Mis moribundos párpados con lentitud se abren
revelándome un mundo de incierto parecer,
donde la muerte negra vigila con guadaña
y el dolor insensato mata con sus punzadas.
Una voz melodiosa cantándome poemas,
me envolvia en una esfera a prueba del dolor
y en su versar decía no temais amor mío,
ni al sufrir ni a la noche por mas negra que sea,
que mi amor y mi espada son mar fuerte que ellos
y tu aureola es divina y radiante cual sol.
Ramon Carela
Florida, Marzo 04/2015