
¡Mi avatar en la red!

Cuando el éxtasis de lo sublime,
y el encanto del verbo luminoso de tu SER me arrebataba,
mi pluma chisporroteaba igniscente,
y mi amor cubría “la selva espesa del sol”.
Y entre éste délfico encanto de la palabra,
muchas veces te oí decir:
¿Te he dicho hoy que te amo?
¡Qué excelso magnetismo me arrastraba hacia ti!
¡Sólo las grandes almas pueden y saben amar!
¡Sólo las grandes almas saben...qué significa éso,
que se llama AMOR..!
La fuerza mágica de tu palabra ostra, verbal y escrita,
licuaba las rocas de mi conciencia al leerte y escucharte;
y estoy segura que, cualquiera mujer que te escuche,
tendrá forzosamente que asentir o aceptar,
la verdad lógica que emana desde tu interior,
por las corrientes de tu voz,
¡a todas!...hasta quienes llegue tu mágico verbo.
Se estaba asistiendo un gran drama en mi alma,
luminoso por cierto, inicio de una etapa gloriosa
para mi humilde persona, que nada es y nada vale…
Y quien hablaba de ayudarme... ¡Eras tú!
eras el Señor Maytreya, el avatar que conocí en la red…
instructor de la síntesis de mi universo…
eras el Buda viviente de la Aurora de Luz Inmortal de mi alma.
Eras quien me iluminaba con el sonido delicioso
de tu voz de león divino.
Eras tú…quien me demostraste que:
El amor existe…y que: “El amor es como un niño”.
Como un niño travieso, como un niño inquieto
que remueva toda tu vida.
El amor es ese niño que cambia tu vida,
el amor es ese niño que juguetea con los elementos a su alcance.
El amor es casto, es inocente, es entrega total,
en el basto océano, enorme de las infinitas posibilidades humanas.
¡Así me lo enseñaste con bastante éxito!
Fundaste el monumento impérico eterno de DORAL,
en la altiplanicie de mi Ser Interior más profundo,
una Lira Dionisiaca de mí misma, como mujer.
Y desde entonces, ella brilla luminosa y triunfante,
gloriosa de las grandes realizaciones ritualísticas del amor,
en el más absoluto de todos los silencios,
y en la más cauda y solemne soledad.
Extasiada y llena de encanto y de amor por todo,
lo que me enseñaste, te digo yo a tí que: En tu futuro,
“veo muchos corazones dormidos, ansiosos por despertar”
en el espacio planetario en que vivimos,
y estoy segura que la verdad de una rosa,
en la cruz de tu corazón,
vá a triunfar y se va a desarrollar en diferentes regiones,
y niveles de tu país...
y quizá mas allá de tus fronteras.
Y lo que es mejor, sabes que tu palabra triunfará,
con diferentes nombres y diferentes siglas,
porque eres verbo y semilla de luz,
y luz de la verdad eterna.
Triunfará por el esfuerzo tesonero de las grandes mujeres,
que ahora son tus elegidas para acompañarte, fortalecerte
y apoyarte, amigas y compañeras del hombre,
más que del profesional, ya que han sabido afrontar
las duras pruebas del camino a tu lado.
Y así como vas, enseñando con sistema de regeneración,
y como camino de luz hacia las damas de tu entorno,
principalmente aquellas que son maltratadas,
e incluso desplazadas del dominio de la vida.
Sin embargo, habrá un pequeño sesgo en la pancarta espiritual
de tus seguidoras, al engancharse a tu vida.
Me refiero enfáticamente al ODIO.
Porque vistos los sentimientos a través de tu lente,
ahora puedo decir que el AMOR es la quinta esencia
de la verdad y de la luz, pero que el odio es la quinta sustancia
de la carnalidad animalesca del ego humano,
pues la mente femenina contempla posibilidades en milésimas
de segundos.
He ahí el detonante del accionar a que yo me refiero.
Pero sabiendo que: El amor es la estrella luminosa
de la conciencia, el odio es el abismo oscuro
de la perversa inconciencia.
Si el amor es luz y fuerza del ser,
el odio forzosamente tiene que ser oscuridad
y negatividad del gigantesco ego, que vive anclado,
o mejor dicho enraizado en lo más profundo del inconsciente.
“Amar, cuán bello es amar” -decía un maestro tibetano-,
al que recuerdo con mucho respeto y cariño.
En este sentido, bien podria decirte también que:
“Odiar, cuán horrible es odiar”.
Por lo tanto amado mío, ha llegado la hora,
en que deba comenzar a amarte como nunca antes lo hice,
y humildemente pedirte perdón,
por todas las transgresiones cometidas en contra de tu persona.
Deseo percibir con alegría y entusiasmo, las huellas de tu sabiduría,
en vez de estarte masacrando, crucificando,
destruyendo tu imagen y arrojándote en la cara toda la suciedad
de mis pestilentes egos del resentimiento, impotencia y coraje,
por no haber sido lo que tú esperabas de mí, en su momento.
Hagamos un alto y dejemos el resentimiento.
Hagamos un alto en nuestra vida,
y desechemos la desconfianza.
Recordemos que por mucho que odiemos o desconfiemos de otros,
no con éso vamos a impedir que otros sigan siendo como son,
ya tienen su castigo con el sólo hecho de ser como son.
La envidia es hija de un ancestral complejo de inferioridad,
de impotencia y del mismo fracaso,
que en nuestro mundo interior cobijamos.
¡DIGAMOS NO AL ODIO!..... ¡DIGAMOS SÍ AL AMOR!.
Y si ya tienes a tu lado a esa mujer…TU ELEGIDA…¡bendita sea!,
es comprensible, así tenía que ser, no guardo ningún rencor,
porque soy feliz sabiendo dichoso.
Finalmente, sólo pido que recordemos las palabras
del Cordero Inmolado, de Jesús el Cristo, que dijo:
“En ésto conocerá el mundo que vosotros sois mis discípulos,
en que os améis los unos a los otros".
”El amor es luz y verdad, el odio es oscuridad y mentira"
Cumplamos su promesa divina, un pacto de amor:
Amémonos y perdonémonos nuestras debilidades y flaquezas,
para que podamos construir un mundo hermoso,
que ilumine nuestro corazón y el corazón de la humanidad.
Tu siempre amiga en la red, el tiempo y la eternidad.

Doral.
(Todos los Derechos Reservados)
Asociación de Autores y Compositores Sinaloenses, A.C.


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