que perturba mis sentidos,
que se dispersa por mis venas
con tan sólo pensarte,
que me incita hasta la locura,
que me excita hasta lo indecible,
es quien me señala
que tu eres el camino,
el placer que tanto ambicionaba...
Tú,
que con tus manos pacientes,
poco a poco,
me has desnudado,
dejando en la superficie
todo aquello que yo ocultaba,
despertando en mi, la salvaje,
la mujer que tu esperabas encontrar,
la insaciable, la vehemente...
Tú,
que haces cada día
más intenso el deseo,
crece y nada lo detiene,
nada lo puede frenar...
Tú,
tú estás allí...
provocándome sólo con existir.
