Mi alma estaba en aquel instante
fuera de mí, lejos, muy lejos.
Llegaste
y desde entonces fue verano,
el verano con sus palmas, sus calores sofocantes
y sus vientos de ansiosa mocedad.
En vano tus caricias insinuaban quebranto y molicie:
el instinto de posesion ya despertado
era como una saeta de fuego.
Fue entonces que mi alma fue llegando,
fue llegando de muy lejos,
fue llegando
para de pronto vibrar en mí violentamente y sacudirme todo
en el momento fugaz de la unidad.
(1886 - 1968)
(Brasil)