Mensaje
por IvanOrtega » Dom Jun 21, 2009 23:18
...Fierro forjado en faroles alumbraban las esquinas
detrás unos viejos robles eran los que daban vida,
cobijados bajo un manto de un cielo azul despejado,
que en sus nubes de algodón, figuras fueron formando...
...Hoy, ese niño es un hombre y por destino mi ahijado
y esta la misma banquita que nos regresa al pasado.
En ella los dos sentados, los recuerdos dibujamos
en las nubes de algodón que no cambian con los años.
Mi muy querida y admirada amiga Mujer de Espuma
Un poema realmente hermoso que va acurrucándose en el corazón de quien tiene la fortuna de leerlo. De principio a fin va llenando el alma de una ternura sin igual, y llegando al último verso es imposible no dejar salir una lágrima en busca de una nube de algodón.
Mi querida Gaby, nuestro querido bar se ha visto inundado de esas nubes de algodón que no cambian con los años, gracias al milagro de tu bendita inspiración y a ese precioso corazón que posees.
Me han dado ganas de prender mis ojos al cielo y buscar esas nubecitas de algodón que has sembrado en el cielo, bueno, por lo pronto lo haré en pausas porque luego me duele el cuello.
Recibe el más grande de los abrazos de éste tu amigo, secretario, mariachi, ave de cuello desplumado, doctor, aprendiz y admirador que te quiere tanto y ardía en ganas de regresar al bar
Ivánovich