
que de hinojos me brinda sus besos;
ligándose a mi cintura cual cilicio eterno,
donándome su vida, su amor y sus sueños.
Hay un poeta en afán de mis ojos
y de mi boca se bebe las mieles.
Me dice muy quedo, casi en secreto:
“Niña de mi alma, como te amo.”
Es un poeta que me ama en silencio,
y le duele el alma cuando piensa
que me está perdiendo.
Todos sus poemas me causan tristeza;
son cartas que vuelan hasta mi ventana…
Cartas que no puedo leer cuando llegan,
por que mis ojos se mueren en la desesperanza.
Hay un poeta en mi ventana…
Que quiere ser mi dueño.