
y ahí me quedé…
Recorrí rincones bañados en llanto
y en sombras oscuras también te busqué…
Árboles penando a orillas sin vida,
con ramas que intentan tocar sin llegar
al suelo que esconde frágiles secretos
y a todo lo que caiga… lo devorará…
De tanto pensarte… llegué a tu silencio
mezclabas en aromas, añejos recuerdos…
No hallé los colores… solo un gris intenso…
Vestida de brisa, me metí en tu cielo…
Lo que no sabías es que me perdía
en las cicatrices de tu soledad…
Lo que no sabías es que te adoraba
y que enamorada me aferraba más…
No importa el paisaje que tú me presentes,
siempre seré luz metida en tu vientre…
No importa si arrastras mi alma en el suelo
porque tiene alas dentro de tu pecho…
No importa que corras, de mí las caricias,
siempre seré el agua que hidrate tu sed…
No importa que huyas a mundos remotos,
siempre en mi memoria te recordaré…
