Al llegar del trabajo me dijiste contento:
-¡Te esperé todo el día…!¿me contás otro cuento?
Y en tus ojos faroles, se hizo un mar de momentos…
Corazón de gaviota que revuela en el viento…
Me quité los zapatos… dejé el bolso en el suelo
te tomé de las manos y entre flores y rezos
te llevé despacito al jardín de mis versos…
Puñadito de vida, que me llenas de luces,
rinconcito travieso que festejas mi ser…
En tu alma chiquita, agiganto el deseo
de llegar solamente a besarte otra vez…
La sonrisa más tierna se dibuja en tu rostro
y una luna cautiva va hechizando “el hacer”.
Y levantas castillos… los dragones… el héroe…
Van viviendo en tu mente fantasías en piel…
Y mi voz te susurra… cual el canto de un ave,
Pichoncito que guardo, bajo el ala de amor…
Y acobijo tus sueños, de este mundo que grita,
regalándote chispas, que fabrica mi don…
Cuando digo otra vez… “Así empieza esta historia…”
en tu vuelo de ángel… reconstruyo mis horas…
Puñadito de luz… que engrandece mi alma,
que levantas mi espíritu al saberme esperada…
Puñadito de vida… que a la mía regalas
los motivos más dulces… para entrar en la casa…
