No te culpes si te enteras que he partido,
tocó la enfermedad la puerta de mi vida,
mientras el lecho acoge un cuerpo desvalido
la esperanza no muere, confía en tu venida.
La pena, el abandono es triste compañía.
Está el alma añorando la presencia querida
de quien fuera su faro, su luz y su alegría,
apagado por ti la noche de tu huída.
Poco tiempo me queda, larga fue la agonía
sin embargo es ella que me mantiene viva,
te llama para darte un beso y despedida
esperando por Fe, hallarte en la otra vida.
Al pie de mis dolores una cruz me ilumina,
recibí el Sacramento, puedo morir tranquila,
la conciencia reposa libre de sufrimiento,
llegas tarde mi amor, es mi último aliento.
Mi muy querida y tan admirada amiga Mujer de Espuma
Cómo le hace usted para escribir tan maravillosamente; para transportarme, tomado de su pluma, por los sentimientos sin medida que se escurren de tu asombrosa tinta… tinta del corazón y del alma, ambrosía que sólo tu posees y sé, que en ésta y otras vidas jamás dejará de fluir pues con ella le das sentido a la vida y al tiempo; también sé que no me cansaré de admirarte hasta mi último aliento. Vaya forma de trasladarte hasta tú último aliento, me dejaste sublimemente helado con la profundidad de tu poesía ¡en verdad que eres grande mi querida Peruana!
Venga para acá mi bella compañera que ésta noche los tequilas corren por mi cuenta esperando me perdones, creo que también llegue tarde, por eso en ésta noche te voy a cantar hasta que mis pulmones se vacíen, hasta que del cielo se haya ido la última estrella y del horizonte emerja un sol que te diga: perdóname por favor

. Vamos mi querida amiga entremos al bar que la luna nos ésta esperando para poder salir.
Recibe como siempre el más grande y sincero de los abrazos de éste amigo, mariachi, ave de cuello desplumado y panza en recuperación, lanchero, doctor, admirador, aprendiz, lector, secretario y mexicano que te admira y quiere con el alma
Ivánovich Pielroja