Poema=
EVOCANDO MIS NAVIDADES DEL AYER

Hoy quiero contarte que cuando era niña, la situación era difícil, siendo la mayor de siete, seis mujeres
y el último varón, tenía demasiado trabajo para ayudar en casa y a cuidar a las hermanas pequeñas y a
mi hermanito...la vida era trabajo duro en un molino de nixtamal propiedad de mi abuelo Luis que luego
pasó a manos de mi amado padre que ahora está en el cielo...la navidad era de mucho trabajo, en mi
ciudad se acostumbra mucho elaborar los deliciosos tamales...con masa...entonces había muchísimo
trabajo, colas enormes de gente para llevar el producto...terminaban cansados mis pobres padres y lo
mismo nosotras las mayores...era un trabajo muy pesado porque hacía frío y debías enjuagar el nixtamal
con agua fría, no te aburro, luego llegaba la hora de lavar el molino y bañarnos para quitarnos la masa
hasta del cabello...entonces mi padre me daba dinero para ir a comprar pollo frito, si, el del señor ese,
de barbitas blancas...esa era nuestra cena navideña...no había tamales, ni nada semejante, ellos se
dormían como a las 8 de la noche y nos quedabamos solas en la sala viendo el pino y recibiendo la
navidad con ellos durmiendo, al otro día, mis hermanas pequeñas esperaban sus regalos, Santa a veces
llegaba tarde...un día, buscando un cobertor para cubrirme del frío, busqué en un antiguo ropero enorme
y negro con dos lunas...en la parte de arriba vi escondidos algunos juguetes cubiertos con esos cobertores,
créeme querid@ amig@ que cuando vi eso, sentí que el mundo era injusto, sentí una decepción y lloré,
pero los volví a cubrir, desde entonces supe que Santa no existía, que era mi padre, pero no quise alejar
la ilusión de mis hermanas y hermanito...fue duro, pero luego comprendí por que algunas cosas no me las
traía a mi, te cuento esto porque es parte de lo que en las navidades vivía cuando en casa no había mas
que lo necesario para salir...aun así, mi padre se esmeraba en darnos lo mejor, nos tuvo en colegios católicos de monjas y privados...nos dió carrera profesional a todos y todo gracias a ese molino que aun existe y que sigue
vendiendo la masa para esos tamales que se hacen en noche buena...
Te he dejado una parte de mi infancia navideña, espero que no te haya aburrido mi historia.
Un saludo navideño, cuídate siempre, hasta pronto...gracias por leerme...

Blanca
Tarde Gris.
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