
Ellos se preparan minuciosamente
Alistan su costal de esperanzas y en sus maletas
Viaja una nueva oportunidad, un renacer del alma
Un aliento de vida
Llevan frasquitos con pequeñas dosis de ternura
Y en sus botiquines descansa la alegría y los aplausos
Para que cuando rescaten a alguien puedan celebrarlo
Sus compañeros de labor son de encanto
Son tiernos y tienen sentidos de otro mundo
Utilizan mil artimañas para rescatar heridos
Sus ladridos son un canto celestial para quien espera con angustia
Mueven la cola al viento por que aman la vida
Y la buscan desesperadamente
El corazón del socorrista palpita a mil kilómetros
Por que a veces viajan lejos de casa
Ellos darían la vida si es preciso
Si en tu camino te encuentras alguno
Bendícelo en silencio por que detrás de ellos
Hay hogares con historias que se tejieron de nuevo
Sin ellos morirían las esperanzas
Se carbonizaría la magia de piel y huesos
Nos dormiríamos en prisiones de agua o cemento
los aviones morirían de a pedazos
y los sobrevivientes junto con ellos
Los que no logran ser rescatados
Se duermen con la esperanza de que lleguen
Y en su último suspiro
Llega un socorrista especial y divino
Les apacigua la espera, los abraza
Y se los lleva para el cielo con mucho sigilo.
autor: William Jimenez T.