Así; como la lluvia de verano,
te has marchado!
Entonces, nada queda ya,
de nuestros amarrados caminos.
Solo un instante que es tirano,
de momentos perdidos.
Solo el tiempo vano,
quedo dormido,
allá lejos y hace tiempo!.
Y nadie divisa la corriente,
antes armoniosa,
de nuestro ancestral rito.
Humos de fuegos idos,
cansados de la misma flama,
que se apago por tanto frío.
Cenizas del tiempo vano,
cuanta sangre se llevó el río?,
y nosotros que fuimos dueto,
en extraños nos hemos convertido.
