El amor es la raíz del poeta,
el poeta ve la vida más en sueño,
que en su propia realidad,
pero disfruta y vive su sueño
en la más perfecta realidad.
Es su mejor mundo cuando lo vive,
en la intensidad del amor,
es la fuerza que lo inunda,
de alborozo y confianza
dándole belleza y color.
Su existencia se matiza,
por pintar con palabras,
el amor que mece la brisa,
cuando aún no ha abierto sus alas,
para gritar cuanto le amas.
Su entrega como la luz es total,
pide que su corazón lo abrigue,
en un sueño grande y real,
acaricia a escondidas su soledad,
porque su corazón empieza a amar.
El poeta abre su corazón,
como una rosa en su esplendor,
para entregarse sin condición,
siente el amor y la vida,
en su sangre y su fibra.
Disfruta su calor y su frio,
en cada instante de su latido,
y disfruta invitándose a soñar,
con pinceladas de tiernas palabras,
susurradas del corazón al oído.
El poeta inunda su alma,
de amor cuando le llega,
disfruta de cada creación,
pues su mundo es una canción,
de cantos a la vida y al amor.
Si la vida es ingrata y le da dolor.
acaricia su tristeza con perdón,
cubre su ilusión de nuevos versos,
entrega su llanto y lamentos,
a la luna y al fugaz viento.
donde llora el alma y nunca olvida,
a quien amó ni cuanto le amó.
Tú eres mi raíz querido señor,
y yo la poeta de tu corazón,
tu eres la luz y la vida,
de mis versos y mi razón,
el dueño de cada sueño de amor.
Nunca olvidaré que un día te amé
e inunde de amor el universo,
que hora tras hora te he amado,
escribiendo con ternura cada verso,
y que mañana te amaré por siempre,
dibujando tú figura en el horizonte.
