
Si acudo presto hasta el puente
soñando por su llamada,
será porque su llegada
la presiento en el ambiente,
y en un instante silente
todo luce en hermosura,
cuando advierto su figura
que aparece de repente.
Si devoto de la ermita
recorro todo el camino
será porque mi destino
ante sus puertas me invita.
Mientras todo en mi palpita
presto aguardo su presencia,
la tan querida secuencia
que su prestancia suscita.
Si soy preso de la esquina
donde diviso su puerta
es porque espero que abierta
su figura femenina
que de belleza ilumina,
me regale una mirada
porque siendo así plasmada
siempre estará en mi retina.