a Ti que velas por la buena gente,
hoy por mi padre pido,
por mi padre querido
que se encuentra pasándola muy mal.
Su salud y entereza restablece,
es bueno y no merece
pasar por este trance;
que supere también este percance
y deje el hospital.
Ojalá yo tuviera
su misma consistencia de madera
y esa fuerza envidiable
que lo vuelve admirable
superando cualquier adversidad.
Pero ahora es difícil el momento
que precisa tu aliento
y favor sacrosanto…
Señor, libéralo de este quebranto…
¡Y dale sanidad…!
Querid@s amig@s: De un tiempo a esta parte he estado ausente debido a la delicada salud de mi padre; pero ahora la situación se ha agravado un poco y se encuentra internado en terapia intensiva. Estaré, en consecuencia, todavía ausente en espera de los acontecimientos venideros.