Yo manché de sangre las sábanas.
Hacía frío... cuando su cuerpo respiró fuera de mi alma.
Hacía frío... cuando su cuerpo abandonó mi cama.
Ella manchó de sueños mis palabras...
la inspiración se fue cuando sus ojos cerraron la luna que me iluminaba...
Había pasado tanto... no había pasado nada.
Era ella mi cuerpo... era yo su alma.
Sólo queda pintura en esta blanca lámina.
Sólo quedan dibujos que no tienen formas, ni miradas.
Parece mentira que vengas a usar mi sangre como tinta, mujer helada.
Es irónico que quieras cortar mi cuerpo para coser tus alas.
No sé a dónde me lleva la madrugada...
Inerte, sin respiración... latiendo como una enajenada.
Tú te vas, y te llevas mi tiempo y mis palabras...
yo me quedo... inútil solo y sin mañana.
Sólo tintes rojos forman siluetas desfiguradas....
y mi cuerpo te extraña, te llama, te ama...
Te llevas todo aquello que soy yo, para sentirte superada...
me dejas un oscuro cuarto lleno de las sombras que me devoraban.
Te llevaste los colores, la vida, la pintura... y mi alma.
Me dejaste un frío cuarto en blanco... y más nada.
Luciano Silvera -
tokio dark dream
