Y cigarrillos.
Y una chica. Preferiblemente asiática.
Necesito una ciudad del otro lado de la ventana.
Una melodía que me hable de amor.
Una noche sin esta droga que es mi mente...
una noche sin sobredosis de mí mismo.
Pero sólo me queda morfina.
Afetaminas.
Endorfina.
Y Courtney Love cantando una carta a Dios...
como si su voz fuera suficiente para calmar esta sed,
para apagar este fuego
para esconder mi soledad.
Para hacerme feliz.
Y necesito una mujer... pero sólo tengo palabras.
(y ganas)
Nada para ayudar a quitarme la sequedad en mi garganta...
ninguna formalidad, sólo oscuridad...
Y este cuarto vacío de los dos.
Este cuarto que siempre fue de los dos...
...y que sólo ocupo yo.
No es discriminación. No es ofensa.
No es redención. Ni pena.
No me digas hipócrita.
Quizá me cansé de las occidentales, pero no me cansé de ti.
(Nunca me cansaré de ti)
Ambos somos monstruos indeseables...
Ambos nacimos para deshacernos...
Ambos somos adictos...
Eso debería contar para algo.
Como esas noches de exageración.
Esas noches de degeneración.
Esas noches de hacer glamour con cosas sucias...
de hacer de un pecado una obra maestra...
y transformar tus pinturas en obscenidades.
Obscenidades de los dos.
Si eramos tan buenos en la cama...
si eramos personas agradables...
si lo nuestro era hermoso...
¿de donde vino el hastio?
¿Dónde fue que comenzó?
Y Courtney parece desgarrada.
Courtney es un orgasmo musical.
Ya no la escucharás conmigo.
No sabrás lo que es que te hagan el amor mientras oyes su voz,
y sientas que mueres en los brazos de alguien.
Y arañes mi piel como arañas la desesperación...
desgarrandote...
mordiéndome...
gritando un nombre y una maldición...
riéndote, como te reías cuando todo terminaba...
...cada vez que llegabas al climax.
Ahora no hay ciudad del otro lado de la ventana...
(No.)
Apenas un desierto superpoblado e interminable.
Y yo estoy tan lleno de ansiedad...
tan lleno de necesidad...
tan adicto, tan obsesivo...
tan enfermo.
Y no hay nada aqui para saciar este deseo de ti.
No hay cocaína, ni cigarrillos, ni whisky.
No hay sexo, no hay fiebre, no hay hilaridad.
Sólo la droga de mi mente, y tu recuerdo.
Sólo la forma de tu cuerpo en las sabanas.
Tus palabras repitiéndose incansablemente...
Y la soledad. Y el vacío.
Es cierto...
(Quiero whisky y cigarrillos)
Es cierto que no queda nada aqui para mí.
(Quiero sexo... drogas... y otras cosas)
No queda nada en estas ruinas que dejaste...
Apenas un rastro (obsesivo) de deseo.
Sólo esta imparable adicción.
Luciano Silvera-
tokiodarkdream
colección personal: Para Noches De Hastío Total
