Y su disparo causó mi completa soledad.
No hubo un rastro de sangre, y eso es lo peor...
Sólo sombras riéndose de mí.
Te la llevaste lejos.
Lejos de mí, lejos de aquí.
Lejos.
Pero al menos tengo su bala en mi cabeza.
Al menos tengo su deseo desesperado.
¿Quien te aplaudirá cuando llegue la noche?
¿De quien serán las manos que te llamen héroe?
No busques pretextos o escusas para justificar tu error.
Lo que tengas que decir no va a salvarte.
Es humano tropezar.
Pero tu disfrazas tus mentiras en tropiezos.
Y podrías morir ahora. No lloraría por ti.
Ya muchos llorarán tus mentiras.
(Muchos imitarán tus lágrimas de cocodrilo)
A fin de cuentas ya estás muerto en mi cabeza...
Ya estás muerto, desde hace mucho tiempo.
¿Quien lamerá tus heridas, cuando sean de verdad?
¿Quien acariciará tus cicatrices, cuando no sean dibujos en la piel?
No. No busques excusas para salir de este final.
No. No trates de convencerme con palabras que me robaste a mí.
Ella era un arma apuntando a mi corazón.
Y vos apretaste su gatillo.
Y sentí el frío beso del plomo
(me desplomo)
justo antes de verla partir.
Te llevaste mi ángel lejos,
y me dejaste nadando en gusanos.
No creas que te ayudaré a subir, cuando estés colgado al borde del abismo.
Soy un animal de otra especie.
Y no creas que eres yo.
No lo eres.
Sólo me pareces la imitación de una imitación.
Una piedra en mi zapato.
No habrá aplausos para ti, cuando termine el día.
Nadie curará tus heridas, cuando tu piel se abra.
Te la llevaste a ella...
pero no te llevaste todo.
Ya ajustaremos cuentas en algún otro lugar.
(prepara el gatillo, quizá no tengas suerte la próxima vez)
Luciano Silvera-
tokiodarkdream
