y en el amarillento de tus hojas
deja que oculte aquellas congojas
que guarda el corazón desesperado .
Cúbreme abril del frío despiadado,
cuando en la noche tus horas deshojas,
mientras la luna con lágrimas rojas
se pasea febril en el tejado.
iDulzura amarillenta!..iexilio eterno!
espérame en la huella del olvido,
sin más ropaje que mi desatino!
Y por si acaso me gana el invierno,
y hacia otro rumbo hubieras partido
no dejes de cubrir, otoño, mi destino
Paloma E. Giordano