Aunque brame con furia la tormenta,
Y dejaré una luz siempre encendida
Y fuego en el hogar y mesa puesta.
Y llenaré el camino de señales
Para que no te pierdas en la niebla.
Porque tu has de volver, estoy seguro
Y quiero que la puerta siga abierta.
Sabes que sé que te has ido jugando,
Sé que sabes como duele la ausencia.
Y no preguntaré. Sólo me importa
Saber que vuelves y esperar tu vuelta.
Y si llegas herida por las zarzas
Y sangrando los pies; aunque te duela
Haber estado lejos tanto tiempo
No te tortures más y nada temas.
Pero no tardes, por favor, que espero
Y tengo para ti mi puerta abierta.