Vestido de Diablo
Moderador: Moderadores
Vestido de Diablo
Vestido de diablo he recibido la estocada final
de la verdad,
e indisoluble, vago demente,
por las resbaladizas calles de mi interior.
Advierto con malignos ojos los senos estrellados
de la luna, y me arrodillo para degustar su sexo de hierba.
Y saciado por mi infinita garganta de animal, busco lo
que no encontré en las palabras ni en las estaciones.
Nada puede la débil resistencia de las rosas para
contener mi embestida espinosa contra el
desagravio de mi alma.
Desquiciado sigo andando y busco.
¡Cuando me visto de diablo,
soy cruel!
Se me acumula el odio de ser hombre y no
ser dios.
De no poder volar, ni cantar como el pardillo,
solo me interesa la complicidad de la
sombra y la superstición de las pócimas.
La noche y el día me temen,
los vientos me huyen, las piedras,
ocultan a los ríos.
Mi larga capa envuelve mi cerebro
con primitivos sustantivos,
y mil ojos envuelven fijos,
el reino de mi infierno.
Violento nombres, abofeteo pichones
y acuchillo casas con sangre de hienas.
Y río un dolor de garganta, me trago el mundo
a carcajadas.
Así camino, envuelto con una cara
que no es mi cara,
un cuerpo que no es mi cuerpo,
con ojos de lobo que abren el festín
aullando a los vivos y desternillando
camposantos.
¡Mi madre, mi amada, lloran!
¿Dónde estará, por qué no ha venido a comer el pan
en la mesa?
Y me río de ellas.
Y escupo su pan.
Esquivo las bondades tragándome los truenos,
estallo mis tímpanos con herejes notas.
Destruyo los violines y las guitarras.
Infecto la naturaleza con orines en la tierra,
hago vil sus entrañas de raíces.
En los carnavales de la miseria, cuando nos escupen
en la cara, tarde o temprano,
lejos o cercanos,
grandes o chicos,
todos nos vestimos.
Una prenda que se compra en las tiendas o centros comerciales,
volteando la esquina nos aguarda para
vestirnos de inmediato.
Finalmente, lo colgamos en
nuestros dormitorios.
La usamos cuando nos despiden de los trabajos.
Cuando matan nuestros hijos.
Cuando tenemos hambre.
Cuando dios nos aprieta la garganta.
Cuando desprecian nuestras flores.
Cuando se ríen de nuestros besos...
Nadie quiere admitirlo, nadie.
de la verdad,
e indisoluble, vago demente,
por las resbaladizas calles de mi interior.
Advierto con malignos ojos los senos estrellados
de la luna, y me arrodillo para degustar su sexo de hierba.
Y saciado por mi infinita garganta de animal, busco lo
que no encontré en las palabras ni en las estaciones.
Nada puede la débil resistencia de las rosas para
contener mi embestida espinosa contra el
desagravio de mi alma.
Desquiciado sigo andando y busco.
¡Cuando me visto de diablo,
soy cruel!
Se me acumula el odio de ser hombre y no
ser dios.
De no poder volar, ni cantar como el pardillo,
solo me interesa la complicidad de la
sombra y la superstición de las pócimas.
La noche y el día me temen,
los vientos me huyen, las piedras,
ocultan a los ríos.
Mi larga capa envuelve mi cerebro
con primitivos sustantivos,
y mil ojos envuelven fijos,
el reino de mi infierno.
Violento nombres, abofeteo pichones
y acuchillo casas con sangre de hienas.
Y río un dolor de garganta, me trago el mundo
a carcajadas.
Así camino, envuelto con una cara
que no es mi cara,
un cuerpo que no es mi cuerpo,
con ojos de lobo que abren el festín
aullando a los vivos y desternillando
camposantos.
¡Mi madre, mi amada, lloran!
¿Dónde estará, por qué no ha venido a comer el pan
en la mesa?
Y me río de ellas.
Y escupo su pan.
Esquivo las bondades tragándome los truenos,
estallo mis tímpanos con herejes notas.
Destruyo los violines y las guitarras.
Infecto la naturaleza con orines en la tierra,
hago vil sus entrañas de raíces.
En los carnavales de la miseria, cuando nos escupen
en la cara, tarde o temprano,
lejos o cercanos,
grandes o chicos,
todos nos vestimos.
Una prenda que se compra en las tiendas o centros comerciales,
volteando la esquina nos aguarda para
vestirnos de inmediato.
Finalmente, lo colgamos en
nuestros dormitorios.
La usamos cuando nos despiden de los trabajos.
Cuando matan nuestros hijos.
Cuando tenemos hambre.
Cuando dios nos aprieta la garganta.
Cuando desprecian nuestras flores.
Cuando se ríen de nuestros besos...
Nadie quiere admitirlo, nadie.
Re: Vestido de Diablo
Que miedo me da tu poema , si lo ve Spectro ya veras que migas hacen¡Cuando me visto de diablo,
soy cruel!
Gracias por tu aporte
Shos

Re: Vestido de Diablo
COOL..
jeje, me gusto de principio a fin
me encanta el estilo y lo has experesado
tan bien que fue un placer leer mas de una vez
mis felicitaciones porta por tu obra
un cordial saludo...
gabriel
jeje, me gusto de principio a fin
me encanta el estilo y lo has experesado
tan bien que fue un placer leer mas de una vez
mis felicitaciones porta por tu obra
un cordial saludo...
gabriel
- Spectro
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- Registrado: Mar Dic 18, 2007 05:34
- Ubicación: Area Irreconocible Constelacion Libra
Re: Vestido de Diablo
.......................un diablo suave.......con el espejo en la silueta negra del diablo
..................un diablo que presumo..se enfurece de injustas frustraciones
........................acaso no obra de impulsiva maldad...............
..........le felicito sus letras.....con un toque al sabor de Ducasse..aquel diablo maldecido
..................un diablo que presumo..se enfurece de injustas frustraciones
........................acaso no obra de impulsiva maldad...............
..........le felicito sus letras.....con un toque al sabor de Ducasse..aquel diablo maldecido
Re: Vestido de Diablo
Amigo,cuanto dolor y frustración
hay en esos versos.
Intersante y fuerte el estilo.

hay en esos versos.
Intersante y fuerte el estilo.

