rojas, blancas y amarillas,
bordaron la oda amorosa
en los campos de castilla.
Entre nubes azulosas
y las lindas manzanillas,
con fragancias onerosas
suspiraban sus mejillas.
Con sus hojas tan verdosas
comulgaron retamillas,
y entre noches calurosas
germinaron octavillas.
La sonata candenciosa
de esas flores sin sombrillas,
con su sabia caudalosa
suspiraban tiernecillas.
Las alondras presurosas
con su vuelo en tijerillas,
se veían muy graciosas
por los cielos de las villas.
Y entre montes jubilosas
entonaban tonadillas,
con sus versos y sus prosas
a las dulces gitanillas.
Y llegaron mariposas
con el alba tempranilla,
y en el viento temblorosas
saludaban con coplillas.
Y las rosas candenciosas
se miraban a hurtadillas,
y entre lirios y babosas
se durmieron melosillas.
Unas letras al ocaso...
Verónica ©
01.02.11
lunademayo