
perdona sus felonías,
disculpa sus ironías,
su latir es de papel.
¡Señor!, bendice el vergel,
de su alma con celosías,
angustiado en sus umbrías,
vuele libre en su corcel.
¡Señor!, muéstrale el clavel,
que bese sus armonías,
y aliente sus aguas frías
con el dulzor de su miel.
¡Señor!, ilumina aquél,
muéstrale las alegrías,
que reconozca los días
vea en tí, su timonel.
Verónica ©
27.01.11
lunademayo