Nota:
Mientras escribía estos versos, una joven ingresada en un hospital,
intentaba salir de un coma profundo,
después de un aparatoso accidente de circulación...
Créeme si te digo que conozco
la austera soledad de los pasillos,
las luces frías de los hospitales,
la ansiedad turbadora en las penumbras
de las salas de urgencias.
En mi mente he apilado estanterías
con reservas de fuerzas de flaqueza
y he inventado virtudes teologales
al lado de mis dioses de bolsillo,
creyendo alguna vez en los milagros.
●
Te imagino dormida en la distancia
sobre caricias esterilizadas
de algodones teñidos de blancura;
de goteros que lloran en tus venas
lágrimas de cristal, medicinales;
de máquinas digitalizadas
que reponen los ritmos de tu vida
y a ratos los suplantan,
imponiendo sus propios biorritmos
con soplos de pulmones secundarios;
corazones de acero inoxidable,
paros forzosos, muertes de mentira.
●
Y en medio tú, lejana,
suave, tenue, distinta.
Fuera de ti, encontrada,
dentro de ti, perdida
en ese laberinto
de negros minotauros
buscándote a ti misma,
rodeada de todos,
sola, lejos, dormida.
●
Eres tú tu pregunta y tu respuesta,
eres tu curación, eres tu herida,
eres tu oscuridad, tu luna llena,
tu apetito vital y tu comida,
tu certeza y tu duda,
tu verdad, tu mentira.
Eres tu solución y tu problema,
tu naufragio final, tu salvavidas.
●
Seguro que podrás.
Tienes la fuerza fiera, casi cósmica,
de la tierra quemada que germina.
Lograrás germinar tozudamente.
Sabrás hurtar la presa a la jauría
de lobos y mastines espumantes
que están poniendo cerco a tu estructura;
que se beben a tragos tus aromas,
y muestran en sus fauces minerales
los colmillos que brillan afilados
husmeando rabiosos tu almohada.
Podrás ir desliando la madeja,
de la gran telaraña
que te tiene enredada entre sus hilos.
Podrás hallar la senda de regreso,
a todos los lugares que has perdido.
●
Te queremos aquí
total, definitiva,
discretamente nuestra, entre nosotros,
cotidiana de nuevo en nuestras vidas.
Y el mundo empezará una nueva era,
pondrá a cero de golpe sus relojes,
como lo hizo al inicio de los siglos.
Todos los brazos en un solo abrazo,
cuando llegues, te van a hacer la ola,
ante un mar de mareas verdiazules,
y nuevas acrobacias de gaviotas.
●
Te esperamos. No tardes.
Están abiertos brazos, almas, puertas.
¡Decídete a volver, que ya no caben
en la casa los besos que te esperan!