EL RIO QUE ME LLEVA
Mi cauce es un meandro retorcido
que impone un arco verde en la llanura;
desciendo sin remedio de la altura
y añoro los arroyos que he vivido.
No tengo vuelta atrás, ni estoy vencido
ni pretendo esconderme en la espesura;
mi caminar reptil fluye y procura
nuevas vidas en campo florecido.
Casi presiento el mar que en lontananza
espera mi caudal. Es mi destino
fundirme con las aguas del planeta.
Nací arroyo salvaje, fui esperanza
calmando sed ajena en mi camino
y arrastrando sustratos de poeta.
Reyes