Que te escapas entre mis dedos.
Que te tengo tan cerca y a la vez tan lejos.
Irrisorio pensar que algún día podré tenerte.
No puedo en todo complacerte.
No soy competidor ni merecedor de tu amor correspondiente.
Vivo atrapado entre la fantasía, la verdad y la mentira.
Mi mente sueña, hila, imagina.
Desnudar tu verdad me gustaría.
Así ser conocedor de tus sentimientos.
Esbozar rimas alegres o versos de tristes lamentos.
Solo tu puedes hacerme llorar.
De dos distintas formas además.
De tristeza o de felicidad.
En tus manos se que tampoco está.
Pues no es mas todo que un juego científico.
Algo que no está escrito.
Desconocido o estudiado, que mas da.
Si de antemano conoces el final.
Porque siempre escribo a quien no me quiere leer.
Nunca lo entenderé.
Pues quizás así este estipulado en las reglas del universo.
Y en tu oído recitaría un único verso.
Vida... Que misteriosa eres.
Tan bella, tan perfecta que pareces.
Tan verde, tan llena de vida que tu eres.
Nos diste el don de la inteligencia.
Del razonamiento.
Admiro como guardas tu lamento.
Aumentando cada día tu nivel de paciencia.
Viendo nuestra evolución.
Nuestra decadencia.
A la vez que tu destrucción.
Lo siento, de corazón.
Y el corazón es otro misterio por resolver.
Dictador severo.
Equívoco a la vez que certero.
Fuerte a la vez que débil.
Quédate conmigo una noche más.
La luna está llena.
Y mas lejos cada día.
Permíteme que disfrute de su tenue luz a tu vera.
Cuatro estaciones componen el clima.
Verano, Otoño, Invierno y Primavera.
Regalo la cordura con la que fui otorgado.
Prefiero la locura para vivir el otro lado.
Para vivir de ti siempre enamorado.
Y el destino es tan caprichoso.
Que no tiene competidor digno.
Por ello no me indigno.
Recorro mi camino.
Viviendo lo bueno que me aporta.
Lo malo que transporta.
Cerrando la ventana.
Abriendo la puerta.
Dolor y alegría he sentido.
Momentos de frustración, de rabia y furia he sentido.
A nada me han conducido.
Si algo he aprendido, es que el destino esta escrito.
Variable la forma de vivirlo, mediante decisiones clave.
Y mientras tanto de tu corazón busco yo la llave.
Pues no la hayo.
Decirte en persona que te quiero yo quiero, pero me callo.
No tengo valor.
Posiblemente sea yo el culpable.
El causante de que todo ahora sea deplorable.
Pero no creo.
Creyente ferviente del destino escrito soy.
Por lo tanto, sea cual sea el camino que eligiese.
La decisión que tomase.
Todo giraría entorno a una misma fase.
Excepto que podría parecer que todo se intrincase.
Narraría otras frases tal vez.
O podría también sonreír de alegría otra vez.
Sea como sea.
Te quiero y eso es lo que importa.
Pese a saber que a ti, poco te interesa.
Basta con responder con poca dureza.
Palabras de serie.
Golpes al corazón con fuerza.
Envenéname con tus besos y déjame morir en tus brazos.
De mí que no queden ni los retazos.
Solo esbozos de mis folios llenos de palabras.
De historias que esta mente narra.
Historias que hablan de todo y de nada.
No puedo luchar contra ti destino.
Se que golpeas con atino.
Y que no puedo apartarme de mi camino.
Iba a decir que seré cabezota y lucharé por conseguir lo que quiero.
Y no es más que otra mentira de mi propio ego.
Pues a quien pretendo mentir.
Si declino mi cabeza y dejo asentir.
No soy un luchador, no soy un guerrero, no soy nada.
Solo una ficha más en el plano universal.
Solo eso.
Nada de lo que haga de lo que diga, podrá hacer que a tu lado viva mi vida.
Es por ello que me resigno.
Me indigno.
Pero lo acepto.