y la madre estresada
Con un cuchillo en la mano,
con furor en la mirada,
de santa furia animada,
gritando a quien desoyó
sus normas y sus preceptos,
se dispone a hacer justicia
y su venganza acaricia
diciendo: “aquí mando yo”.
El orden, ¡oh bien supremo!
los niños han alterado,
y sus juguetes dejado
donde mejor les cuadró;
y la madre justiciera
dispuesta siempre a dar cera
con el balón la tomó.
Te vas a enterar chaval
de una vez
que yo no tengo rival,
que conmigo no se juega,
quien no obedece y se pliega
siempre paga su altivez.
Que ya estabas
advertido
y repetido
veces mil,
que esta casa
la gobierna
esta reina
caciquil.
Que es el orden mi tesoro
es el orden mi obsesión;
soy maniática del orden,
orden es mi religión.
Que hay que cargarse a un balón
yo, de largo,
y no hay consideración,
pues advertido ya estabas
¿que hay que hacerlo por la bravas?
pues yo voy y me lo cargo.
Y con golpes
alevosos
y furiosos
al balón
descargaba
su crueldad
sin piedad
y sin perdón
Que es el orden mi tesoro
es el orden mi obsesión
soy maniática del orden
orden es mi religión.
Un verano y sin colegio
¡que pavor!
necesito un sortilegio
que a estos diablos tranquilice
y que a mi me garantice
no cometa algún error.
Yo no puedo
con mi vida
perseguida
por el caos
quiero el orden
y el desorden
me enloquece.
¡preparaos!
Que es el orden mi tesoro
es el orden mi obsesión
soy maniática del orden
orden es mi religión.
Y tomando entre sus manos
el balón
contemplaron los hermanos
como el gesto furibundo
de la madre, en un segundo
les dejaba sin su máxima atracción.
y con furia,
rabia y saña
hasta la entraña
le clavó
y el balón
sin una queja
mansa oveja
se acabó
que es el orden mi tesoro
es el orden mi obsesión
soy maniática del orden
orden es mi religión.
Madrigal