cómo el señor de la viña
zanjó un conato de riña
al pagar a su peonada.
Al terminar la jornada,
y al pagar a los obreros
pagó igual a los primeros
que habían soportado el peso
del trabajo y el exceso
de calor, que a los postreros.
Ordenó fuesen pagados
cada uno con un denario
puesto que ese era el salario
en que fueron contratados.
Algunos, algo crispados
protestaron al señor
mas él acalló el clamor
diciendo: “amigo, es lo justo.
Toma lo tuyo. Es mi gusto
hacer a este otro un favor.”
Con esta historia yo imploro
y le doy gracias al cielo
que me concede el consuelo
de ser miembro de este Foro.
Vaya mi brindis sonoro,
de trompetas y timbales.
En los más finos cristales
bebamos el mejor vino
uniéndonos al camino
de las divinas vestales.
¡¡Por vosotras!!, once años
de constancia, de poesía
escalando día tras día
cuatro mil quince peldaños.
No debemos ser tacaños:
cuatro mil quince homenajes,
convertidos en mensajes
de gratitud merecéis
ya que en Shoshan mantenéis
cuatro mil quince paisajes.
Tantos son los apartados
Tantas son las variedades
tantas especialidades
de subforos tan cuidados.
Y todos tan bien tratados
nos sentimos en el Foro
que sois el mayor tesoro
y este peón de última hora
os agradece y valora
vuestro corazón de oro.
Esta larga parrafada
la cierra este jornalero
que os reclama su soldada
aunque sea el último obrero.
Aunque no honre vuestro Foro
con mi trabajo precario
vuestro corazón de oro
no me negará el denario.
Aquella Historia Sagrada
de primeros y postreros
se ve hoy en mi reflejada;
son de Dios estos senderos.
Dios escribe a su manera
sigamos, pues, de El en pos;
su Palabra es verdadera
porque es Palabra de Dios.
Madrigal