
Aún si mi camino acabara
y todo estuviera en mi contra
habría una razón para luchar.
No importa si el mundo
fuera a terminar,
tú mi pequeño bebé serías mi razón
de proseguir ante el ocaso y la penumbra
porque en ti está la fuerza, vitalidad
y ternura necesarias para continuar.
Eres muy pequeñito, un trimestre apenas,
¿cómo serás? Te imagino, te siento en mi vientre
y aunque no veo tu rostro
ni tu frágil cuerpecito,
te amo bebé y espero
ansiosa el momento en que llegues
y pueda estrecharte en mis brazos
y entregarte todo mi amor.
El saber que estás
formando parte de mí,
tan hermosa bendición
me hace decir constantemente:
¡Gracía Dios por mi bebé!

Mary Sánchez