
Bella aónide que inspiras mi verso
dame el cálido mirar de tus ojos,
ponme súbito si quieres de hinojos
¡pero cédeme su brillo diverso!
Cuando míranme me dejan inmerso
en un plácido concierto de antojos
donde muévome sin ver los abrojos
con que púnzame lo cierto y adverso.
Quiero el nítido fulgor que despliega
tu cerúlea mirada que al verme
a mi espíritu de amor lo doblega.
Sólo viéndome consigues no merme
esa espléndida pasión que me entrega
¡como un ósculo dejado en quien duerme!
Aónide = musa.
Cerúlea = que tiene el color azul del cielo despejado, de la alta mar o de los grandes lagos.
Creado por Manuel González Prada, el endecasílabo pradiano se acentúa en las sílabas 3ª, 7ª y 10ª, con la peculiaridad de que el acento de la tercera sílaba recae en palabra esdrújula hemistiquial.