
No hablo a solas… la pared escucha
mis tristezas y a veces espero su respuesta,
esa columna es testigo… conoce mi lucha,
la llevo en soledad… nadie más contesta.
Anoche confesaba … el amor me había tocado,
me dejé llevar por un imposible romance.
Me envolví en sus pasiones… enamorado,
pero no puedo evitar que su dolor me alcance.
Pregunto a cada instante… ¿Cómo pudo suceder?
¿Por qué el amor trajo un querer distante?
Ese amor comprometido el corazón va adolecer,
entre relámpagos y rayos debo salir adelante.
Recostado en la pared… me consuelo
inmóvil, fría, sin vida… testigo de mi sufrir,
una silla, una mesa, un pc son mi desvelo,
escribo letras… ellas hablan mi sentir.
La soledad complementa eso,
silencio…¡sí ¡… silencio… vestigio.
Nada queda del alma… ánimo tieso,
¡el llanto… gime dolor… qué fastidio!
Pero el amor me abandonará,
la dicha cambia a pesar… severidad.
¡No quiero sentir ausencia!… abarcará
mis sentidos ahogándolos de temeridad.
¡Y seré solo eso… una cosa,
sin aliento… cómo la pared!
Mientras tú sigues la vida airosa,
yo, convertido en trozos de algo… por causa de usted.
Julio Medina
15 de noviembre del 2011