(tercerillas encadenadas)
Quieres con mi amor soñar.
Yo quiero que no sea un sueño.
Tu quieres mi amor gozar
y yo del tuyo ser dueño.
Ha sido tan de verdad
nuestro amor, como el empeño
por hacer de la amistad
camino, destino y guía.
Ni nos pudo la ansiedad
ni nos faltó la alegría.
Sacamos del caminar
codo con codo, energía.
Entendimos que al andar
íbamos camino haciendo,
y que es bueno madurar
como lo es vivir queriendo;
y así hicimos que la vida
fuese al querer ir viviendo.
No hubo ilusión más sentida
ni más crecida pasión
ni apetencia más cumplida
ni hubo más completa unión
que los irrompibles lazos
que ataron el corazón
en tan ardientes abrazos.
Madrigal