aunque pierda al hacerlo algún encanto;
no ha de seguir amor tan recoleto,
cuando te quiero tanto.
Nuestro amor son dos ríos
que fueron acercándose silentes,
surcando eriales, montes y baldíos;
desde lejanas fuentes.
Hoy se abrazan y hermanan sus corrientes.
Y luego así abrazados
se funden en el mar enamorados.
Madrigal