MI DESPEDIDA
Me inventé como un río...
Y no quise saber hacia qué mares
se dirige mi cauce.
Me inventé como un árbol
solitario, a la vera de un camino.
Y no quiero saber en qué barranco
derribarán los vientos
mi tronco derrotado.
A veces ni siquiera tengo claro
si habrá otra primavera
u otro nido en mis ramas.
Con un “hasta mañana “
he despedido a amigos
de los que nunca más tuve noticias...
Quedaron, como viejas cicatrices
debajo de vendajes, enquistados
sus dorados recuerdos...
Porque hoy aun me sustentan
los cimientos de ayer
y no sé si mañana me acordaré de mí,
por eso hoy este verso es una despedida
que me aleja de ayer, de hoy y de mañana.
Siempre he estado de paso por la vida,
sin contrato, menos que eventual,
ligero de equipaje,
y hoy doy un paso más hacia otra selva,
y marcho con lo puesto.
¿Podrá ser este adiós definitivo?
¿Podrá haber otros campos de amapolas?
¿Podrá vivir más vidas este verso?
¿Podrá haber algo más para soñar
cuando se acaba un sueño?
¡Ay, Dios!, cómo me duele
a veces ser ateo...
Por eso compañeras, compañeros,
hoy mi verso es pañuelo
blanco, de despedida,
adiós improvisado que agito contra el viento.
Estoy cerrando puertas
y marcho de puntillas
buscando otros silencios.
Quedad con Dios, amigos.
Quedad con Dios. Os quiero.
Reyes