Estimada poetisa Sanctus, buenos dìas.
Apreciada compañera de letras, es un placer visitar su espacio literario
y disfrutar de esta bella obra, donde los versos se visten de letanías,
el ventanal del alma se cubre de verdes helechos para no dejar pasar
la luz envuelta en niebla de lúgubres sombras, que nos contaminan y
no nos dejan ver con la claridad las grandes bellezas que nos rodean;
esos vientos con hojas vengadoras y pétalos mustios, aunque hieran y
desangren con viles tormentos al corazón, no podrán arrasar el atrio
puro de un alma generosa, ni siquiera las salvajes multitudes vestidas
de sufrimientos pueden quebrar el canto del poeta, que se escuda en
el verso sagrado, con la misma esencia que el beso de un niño vestido
de inocencia.
El gusano se arrastra en su propia huella sin poder alcanzar la gran flor
que colorea en la cima, esa flor roja, esplendorosa que atrae con su
voluptuosos pétalos y que aún se encuentra virgen de amor y anhelos.
Muchas gracias por compartir su talento.
Le deseo una feliz semana.
Reciba mi estima y respeto.