
(Dedicado a mi madre)
No te hiera la vida ni te espante
ni dejes descansar tu voz cansina,
que no sea ceniza la resina
de tu verso febril y delirante.
No claudiques ante tu contrincante
ni aceptes su mandato ni doctrina
porque no eres rosal, ni eres espina,
ni tallo que se quiebra en un instante.
¡Tú!.. mujer de barro, paja y arena
ante el espejo de lo incomprensible
renaces como el ave entre las ruinas.
Entonces no te hiera aquella pena,
procura ser feliz y en lo posible,
evita aquellas rosas con espinas.
Autor
Paloma E. Sofía.
Registro en Trámite
Safe Creative