
Con tu vocablo
Olvidé la realidad
tejiendo quimeras
con cada letra
del vocablo tú.
El horizonte del verso,
protervo testigo del tiempo,
se aferró a la nada
en la cesura del adiós.
De revés te miré
y el reloj se azoró
marcando las dos
cuando eran ya las diez.
Y las fronteras del abur
se deslíen en minutos tullidos
posados en la oquedad del olvido
y se marchan sin regresar.
Asesino del azar
es este extraño e inocuo
ramillete de delirios
aliñado con tu encanto.
Hollando Primaveras
A nadie dijo
y nadie se tradujo en ella,
vaya liliputiense sentir.
Gulliver hollando primaveras,
transgrediendo tímidas avenidas,
avenidas con aroma a canela.
A nadie insistió,
y el velo del suplicio se apoderó
de su jardín vedado de besos,
presurosa ocultó el desánimo
entre juegos de palabras
y silentes constelaciones de labios.
Con inflexiones de espejos
y sábanas de silencio
logró encubrir la tristeza.
En la puerta del engaño
marcó la huella del quebranto
y su canción se acopló
nuevamente a su llanto.