ni tiro versos al azar como sí no tuvieran dueño.
Te escribo no porque sepa como hacerlo,
simplemente lo hago porque me nace decirlo.
Decir que mi alma te escucha gemir de vez en cuando,
cuando la noche te arropa y el consuelo no es tanto.
Has tocado a mi puerta algunas veces ¡Lo sé!
Siempre lo he escuchado.
Es que hay veces me disfrazo de de tristeza y de nostalgia
para conocerte un poco más.
Quizás no soy la respuesta,
quizás sea un consuelo que en silencio
y también en mi tristeza descubriendo tu frente
de tu negro velo te deje un beso de amor y recelo.
Porque yo también se amar y dar la última gota de sangre.
Y no me llamo desdichado ante tanto inoportuno.
Si no me siento alegre,
de haber brindado un amor como el tuyo
tan especial como ninguno.
Alex Vasquez
Derechos Reservados
2013