
Mi piel extraña tus labios,
la humedad del deseo,
el latir de tu mirada desnuda
al caer sobre mi alma azorada.
Te extrañan mis manos
recuerdan el roce de tu cuerpo,
la argucia de nuestra utopía
el suspiro al entregarse al deseo.
Mi aliento dilata este anhelo
de acometer nuestro pecado
en la entrega de tus lunas
adheridas en mi "te extraño"
Y quisiera extrañarte menos,
coleccionar nuevos momentos
para cuando te marches
que sea tu recuerdo, mi compañero.
.