Tengo hambre de tu cuerpo amado,
que no me permite dormir,
porque no te encuentro a mi lado.
Tengo hambre de tus caricias,
recorriendo mi cuerpo sediento,
con ganas de saborear todas sus delicias.
Tengo hambre de tus besos,
susurrándome dulce versos,
a lo largo y ancho de mi cuerpo.
Tengo hambre de tus abrazos,
aquellos que me atrapan,
y me tranqulizan en tu regazo.
Tengo hambre de tu voz,
que me envuelve con su calor,
y me arropa como un albornoz.
Tengo hambre por cantar nuestra canción,
que tu alma en ebullición,
vuelva a despertar nuestra pasión.
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