¡Duermes mujer!…
Arropada por los sueños
de adagios que te envuelven,
entre fragancias que te recuerdan
el aroma de su piel…
¡Sueñas!…
Te cobijas en la quimera,
recuerdos de besos y caricias
sementadas, en las sinuosidades
de tu cuerpo de mujer…
¡Anhelos!…
Y en la placidez de tu ensueño
tú vislumbra cercano el espejismo;
ese que tú,… sin duda quisieras ver
en un nuevo amanecer.
¡Idealizas!…
Tal vez cuando despiertes
se cumplirán tus sueños,
y crecerán las semillas
de soñadas utopías…
Y volverás a sentir
los besos y caricias
que un día quedaron asidos
a tu dorada piel.
©Roberto Santamaría
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