I
Recordaba su risa cristalina
su alegría radiante de ventura;
era grande por ella mi locura
disfrutar su figura tan divina.
Esperando la hora matutina
calmaba yo mi hambre de ternura
y olvidaba lejana la aventura
que dejé yo aparcada en una esquina.
una historia de amor ha comenzado
en los brazos amables y amorosos
que me harán olvidar de mi pasado.
Son sus ojos, luceros tan hermosos
alumbrando el camino ya iniciado
olvidamos senderos dolorosos,
II
Y elevamos castillos en el aire
cimentados con besos y caricias,
que al principio ellos fueron las delicias
y el tedio los dejaron al socaire
entre ruidos, murmullos y desaire,
Son recuerdos que vienen sin leticias
cuando de ella me llegan las noticias
y mi alma con dolor se pone al paire.
¡Su recuerdo me asalta!...¡ Me tortura!
recreando continua pesadilla,
y se aposenta en mi con amargura
¡Y es tan grande!...¡Tan grande mi locura!
que quiero despertar junto a su orilla,
a su abrigo, de un manto de ternura.
III
Recuerdo aquella noche de verano
y aquellas zambullidas en la playa
te veo aún tendida en la toalla
y te doraba el sol tan soberano.
Y luego en la mañana muy temprano
celosa comenzabas la batalla
furiosa levantabas la muralla
y tú te me escapabas de la mano.
Más tarde tú volvías cual zalameras
cubriéndome de besos y caricias
haciendo del amor, nuestras delicias,
bajo la leve sombra de palmeras
firmábamos la paz sin armisticias
sellando con amor tales albricias.
IV
Mas a veces tu celos sospechados
sin causa ni motivos suficientes
hacian las relaciones tan hirientes
difícil seguir enamorados.
Fueron los sentimientos acallados
por causas y motivos diferentes
y a ello nos ayudaron otras gentes,
no fueron sus murmullos silenciados.
Lo celos son castigos que torturan
y matan el cariño verdadero
cuando se es fiel, te juro soy sincero
olvídate de gentes que murmuran
y vuelve con tu amor a mi sendero
recuerda que es a ti a la que yo quiero.
V
No quiero ni limosna, ni prebenda,
ni quiero obligaciones por tu parte
tan sólo estoy aquí y quisiera amarte
y espero de una vez que se me entienda.
Si aceptas el final d´esta contienda
y rindes en las paces tu estandarte
te prometo volver a enamorarte
caminar junto a ti la misma senda.
Mas si tú continuar guerra, eligieras
rompiendo para siempre hostilidades
todo se acabará como tú quieras.
nadie está en posesión de las verdades
aunque creas que en mis razones vieras
motivos de venganzas ni maldades.
VI
Después de tantos años sin llamadas
tanto tiempo esperada hoy recibida,
preguntas tantas cosas, de mi vida.
-¿Qué fue de las mujeres por ti amadas?
-¿ Y de todas las tus enamoradas,
es que acaso se acaba tu partida?
-¡O dejaron maltrecho por su huida
y perdiste el manto de su mirada!...
- Tú muchas cosas me preguntas, -Puedo
reservarme el derecho a responderte
aunque tal vez acaso tenga miedo.
-Que nunca yo he dejado de quererte
te lo juro, mi amor y no me excedo.
-Que amor sin ti, será la propia muerte
Mas querer cambiar la suerte
reconstruyendo nuestras relaciones
es posible si aceptas mis perdones.
©Roberto Santamaría
Madrid 26/07/14