
Tú dime en el espejo de las aguas
si alguna vez habré querido hundirme,
tocar tu corazón y en esa nada,
que hubiese sido el no querer pedirme
que yo solo te amase y sin herirme
pudiera darte entonces toda el alma.
Dime, mi amor, cómo poder soñarte
sin que ese sueño me lleve hacia el olvido
al solo afan de amar que yo persigo,
mientras no estés conmigo no olvidarte,
saber que si no estás no te he perdido,
y ser la vida entera para amarte.
Dime por fin cuando observemos rumbos
y solos nos miremos ante el cielo,
testigo fiel de todos los desvelos,
mientras oigo un te quiero y no pregunto,
al corazón enamorado creo
y en esta eternidad vivamos juntos...