
El tiempo es miserable, flagelo del humano,
pues nace al mismo tiempo y es fiel acompañante
y va dejando surcos, muy hondos, pues no en vano,
sus huellas imborrables son trauma lacerante
Y son en nuestra vida testigos que pregonan
presentes y pasados de nuestra trayectoria
tal vez, algunas veces, auguran, proporcionan
los datos alarmantes del fin de cada historia.
¡Ah! si el tiempo tuviera relojes a la vista
seguro que hace años hubiera roto el mío,
en aras de un gran sueño, vetar lo realista,
y en un conjuro eterno gozar el desafío.
Mas siento mi presente y el frágil sueño dejo
al ver ya tan ajada la imagen del espejo.
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