
Y sueño muchas veces vivencias del ayer.
asidos de la mano, andar por aquel prado,
sintiendo los primeros latidos del placer,
Aurora, cuántas veces, estuve a ti abrazado.
Mis labios, cuántas veces pendientes de tu boca,
besaban a los tuyos pletóricos, ardientes,
mi pecho se quemaba con fuego que sofoca
y ardor se mitigaba con mieles de tus fuentes.
Despierto ya. recuerdo, tu voz entrecortada,
llorosa me anunciaste tu marcha al extranjero,
fue el alma quien sintió la horrible puñalada
y abrió tales heridas, que mi final espero.
Aurora, no te olvido, que si no vuelvo a verte
soñando tus recuerdos... tal vez ya no despierte.