
Acariciándote amor halle tu boca hermosa,
aquella que me llenó de encanto y de ternura
aquella boca de carne tan tierna y muy jugosa
que me hizo sentir el amor en mi alma pura.
Pero recuerdas amor aquella noche,
en que el silencio apenas contenías,
quité de tu blusa un pequeño broche,
y entre mis manos tus senos sostenía.
Solo pude percibir tu gran perfume,
que me aloco con tu ternura el pensamiento,
seguí con mis manos deslizándome
y no sé a dónde llegue en aquel momento
Alcé tu vestido luego, bese tu cuerpo ardiente,
y encontré otro acceso muy muy tibio y excitante,
lleno de vellos cual selva enmarañada y reluciente
que al sentir mis labios todo tu ser se puso palpitante.
Aunque parezca de mal gusto esta prosa,
y al sentir tu boca de arriba perfumada,
más la de abajo es tan suave y sabrosa
como un cesto de rosa bien aromada.
Que más puedo decirte con tanta pasión,
que también el lucero del alba se fue contigo,
mis manos vacías abrigan hoy mi corazón,
porque esta noche, no estarás conmigo.