
Mis dulces princesas,
el sueño de nuestra
alma llegan, como la
primavera, cargadas
de color, aromas a
frescas flores…
Son pedacitos de
cielo, donde el amor
se hace presente al
tenerlas entre nuestros
brazos, sus rostros de
angelitos nos cautivan
con su ternura y dulzura.
¡Son rayitos de sol! bañan
con ilusión y candor
nuestra vida.
María Auxiliadora Fernández Velásquez.
