mientras la lluvia caía
en tus ojos cristalinos
iba mi alma perdida.

A lo lejos se escuchaba
el mar golpeando las rocas
y la luna se asomaba
mientras pasaban las horas...

De repente una caricia
se posò sobre mi mano
y me sacó de este mundo
para llevarme a tu lado...

El manantial de ternura
se encendió como fogata
y tu piel junto a la mía
se mezclaron sin mesura...

El momento fue perfecto
como salidos de un cuento
sin importarnos el tiempo
fuimos uno en el silencio...

Màs comprendo que el regalo
que recibì de tu ser
es la ilusión imposible,
ya no podemos ceder...